JERUSALEN, 25 Ago.- El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha declarado este domingo el estado de emergencia militar después de haber bombardeado instalaciones del partido-milicia chií libanés Hezbolá, alegando que el grupo estaría preparando un gran asalto en territorio israelí.
En un comunicado recogido por la agencia de noticias Bloomberg, el Ministerio de Defensa ha informado de que el estado de emergencia estará activo durante 48 horas, en las que el Ejército podrá «dar instrucciones a los ciudadanos de Israel, como limitar las reuniones y cerrar lugares cuando sea relevante».
Como consecuencia, el aeropuerto internacional Ben Gurion, el más importante del país y ubicado a las afueras de Tel Aviv, permanecerá cerrado, de modo que no despegarán vuelos desde este lugar y se desviarán aquellos entrantes a otros aeropuertos alternativos de la región, según recoge el diario ‘Times of Israel’.
El Ejército de Israel ha defendido esta medida alegando que había descubierto que Hezbolá «pronto dispararía cohetes, y posiblemente misiles y vehículos aéreos no tripulados» hacia territorio israelí. Su portavoz, Daniel Hagari, ha explicado que las FDI están atacando objetivos terroristas en Líbano» en un «acto de autodefensa».
«En un futuro próximo, Hezbolá enviará misiles y cohetes a través del Estado de Israel. En respuesta a esto, implementaremos instrucciones de salvamento de la Fuerza Aérea en las diversas áreas», ha añadido en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X, al tiempo que ha instado a los civiles libaneses que «se alejen del peligro inmediatamente por su propia seguridad».
Por su parte, Hezbolá ha confirmado haber lanzado más de 320 cohetes Katyusha, atacando al menos 12 posiciones y bases militares israelíes, «en respuesta a (…) la muerte de Fuad Shukr».
En un comunicado emitido por la cadena afín Al Manar, el grupo chií ha celebrado que «la primera fase se ha completado con total éxito», en un ataque que pretende responder a la «brutal agresión» del Ejército israelí a finales de julio en el sur de Beirut, donde también murieron cuatro personas, al menos dos de ellas menores de edad.
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