¡Los pro y contra del 2015!

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Mientras muchos pedían y añoraban este año las acostumbradas estadísticas de Robinson Canó cuando jugaba para los  Yanquis de Nueva York, éste batallaba, sin conocerlo y de manera silente, con la peor campaña en el aspecto salud de su carrera.

Por un lado, las críticas a sus apenas cuatro jonrones y 24 remolcadas en los primeros tres meses de  la estación estaban a la orden del día, y en el otro extremo el premier entre los intermedistas se preguntaba a si mismo, una y otra vez el por qué  no era capaz de conectar la pelota con la autoridad cotidiana y mucho menos no podía correr con el vigor que lo había hecho en sus 12 jornadas anteriores.

“Estuve lesionado la temporada completa, incluso desde los campos de entrenamientos”, reveló Canó ayer a Listín Diario durante un Café Deportivo con los periodistas Héctor J. Cruz, Editor Deportivo y Pedro G. Briceño, redactor.

Y lo peor, agrega el intermedista de los Marineros de Seattle. “pasé mucho tiempo lastimado y no sabía de que era, pues ni siquiera los preparadores físicos del equipo podían en la primera mitad de la campaña dar con lo que pasaba sobre mi, lo que me hizo ser un jugador diferente”, sostuvo el pelotero, cuya gran consistencia ofensiva lo ranquean con el status de superestrella, pero que extrañamente para los primeros tres meses apenas exhibía un promedio de .238, lo cual representa 70 puntos menos que su total de por vida de .308.

Inicio de los problemas de Canó
Todo comenzó, según da apertura a su narración en febrero, desde antes de su llegada a los entrenamientos cuando tenía una inflamación en el estómago. “Notaba que almorzaba y hacía la digestión mucho más lenta que lo habitual, tanto así que a las tres horas después de la comida aún me encontraba con el estómago lleno, sin apetito ni hambre. Esto me ocurría una y otra vez, era tan grave la situación que llegué a sentirme desesperado, tuve que batallar con este desagradable caso”, señala el jugador en una visita de cortesía al LISTÍN DIARIO acompañado por Bienvenido Viola Ramos, asistente personal, su hermano Joselito y otros familiares.

Debido a este hecho, Canó, quien llegó a los entrenamientos con 214 libras en poco tiempo la vio descender a 199 y llegó un momento en que el bate hasta le pesaba y no era capaz de conectar la pelota con autoridad. Un par de semanas despúes, el jugador de 240 millones de dólares se ve devastado ante la muerte de su abuelo, don Ovidio Canó, víctima de un cáncer de pulmón, hecho que le hizo abandonar los entrenamientos para acompañar a su padre, José y el resto de la familia en los actos fúnebres.

Como su fanático número uno mencionó el pelotero a su abuelo, quien a modo de honorífico  llevaba las estadísticas día por día de su nieto, a quien mandaba a llamar cuando el jugador caía en un slump ofensivo.

“Llámame a óolo o Barraco que quiero decirle algo” le decía don Ovidio a José cuando quería decirle dos o tres consejos a Robinson con el objetivo de que retornara a su acostumbrada consistencia”, expresa el pelotero. “Esta muerte me golpeó fuerte, manteníamos una estrecha relación y es un hecho difícil de borrar”, expresa con palabras entrecortadas.

Descubrimiento de la hernia deportiva
Para el 18 de junio, Canó bateaba para un pobre .245, con cuatro aislados vuelacercas, los inconvenientes se incrementaban, en un partido conectan un batazo incómodo por sus predios, se tira de cabeza, atrapa la pelota y realiza el out, pero este fue el detonante para conocerse de su molestía, pues al día siguiente se levantó con un fuerte dolor que no podía moverse y cuando arribó al estadio ni siquiera podía correr, le hicieron una resonancia y esto determinó que padecía de un estirón en los abdominales.

Los movimientos con el lado izquierdo eran más débiles y peores que el derecho. Desde entonces nunca se le fue el dolor y estaba lento a la defensa.

“De este hecho surgió que yo había perdido varios pasos en mi defensa, pero era que estaba lesionado y estaba seguro de mi problema”, expresa. En ese momento, es que tras ser chequeado por los médicos se revela que tiene una hernia deportiva, que es una molestia en la ingle, específicamente en el área de los oblicuos y los tendones.

Según lo revelan definiciones sobre esta lesión, la misma puede producirse de manera lenta y hasta puede ocasionar inconvenientes en el abdomen, hecho que al parecer fue por donde le inició al jugador, quien aún no ha sanado de la misma. A pesar de permanecer lesionado, Canó se las arregló para participar en 156 partidos con los Marineros. Ahora apenas ha dejado de jugar en 25 choques en las últimas nueve campañas. “Agradezco a Dios porque me ha dejado jugar a pesar de estos achaques”, sostiene el intermedista, ranqueado entre los que más choques han jugado durante ese período.

CANÓ UNA GRAN FIGURA CENTRAL DE VARIAS MARCAS
Aunque permaneció nueve campañas jugando al más alto nivel en el gran mercado que representa Nueva York, Robinson Cano ve incrementar su relación de trabajo con varias marcas comerciales ahora siendo un miembro de los Marineros de Seattle.

El dominicano, quien ingresará a su tercera campaña como representante de los Marineros, ha arribado a acuerdos de publicidad con al menos tres empresas desde el año pasado a esta fecha.

En noviembre del 2014, el cinco veces miembro del Todos Estrellas arribó a un pacto de varios años con la empresa electrónica portátiles High Tech Computer (HTC), entidad de la que representa sus celulares, principalmente en el área de la parte norte de América.

Incluso, el jugador exhibía durante la entrevista un aparato celular moderno con el número 22 que luce en su camiseta.

Asimismo, el intermedista llegó el pasado abril a un acuerdo con la afamada marca de ropa y tenis deportivos New Balance, consorcio que ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años.

Según lo revelan informaciones el hecho de que el dominicano haya jugado junto a Ichiro Suzuki con los Yankees en el 2012 y 2013 convirtió al intermedista en un jugador mucho más popular en Asia, donde muchos de sus calzados son bien mercadeados en toda esa parte. La empresa tecnológica HTC tiene su sede en Taiwan.

Otro consorcio con el cual el pelotero llegó a acuerdo para exhibir sus productos en los últimos meses fue Sparkling ICE, un emporio empresarial de productos gaseosos que lo convirtió en su embajador también en la zona del pacífico de Estados Unidos.

Otro producto que representa Canó es Alaska. El dominicano es representado por el consorcio empresarial Roc Nation.

deporteCanó también tiene un pacto de trabajo con la empresa de bates SSK, la cual le suministra 120 bates cada año, los cuales se los envían en grupos de varias docenas. Mientras que con los guantes, su acuerdo es con la afamada firma Wilson.

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